Mayo

Teníamos tanto frío que decidimos caminar lo más juntos posible.

Esa noche veníamos ya medios borrachos desde un bar y nuestras ganas de seguir conversando estaban incandescentes.

Caminamos hasta Santa Rosa, donde encontramos una "picada", la cual según tú era buena. Resultó ser un bar de mala muerte, pasado a cigarro (aún se podía fumar dentro), pero que a fin de cuentas nos sirvió para pasar un rato la lluvia que rajaba el cielo afuera.

Decidimos irnos a mi casa.

-¿Te puedo besar?

-No tengo nada que ofrecerte.

La verdad es que sí, tenía todo mi mundo que ofrecerte.

De hecho lo hice.


Comentarios

Entradas populares