Hoy te mereces ser feliz, Random
Habiendo dejado de amarla hace años, Random solía pensar en ella en las escasas ocasiones que algo le evocaba romanticismo y esperanza. No era algo conciente y le entristecía sentirse condenado a un sentimiento sin sentido.
La liberación no se produjo hasta que Random se inventó una salida elegante: Entendió que la mujer que llevaba incrustada le había brindado el conocimiento de lo que no es amor y la oportunidad de usar ese conocimiento a su favor. Sería feliz sólo si cumplia una condición: Permitírselo.
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