El Sol

-El aire sólo calma por un instante el calor y lo que llevas dentro
-Ciertamente.

Y en ese instante, los ojos de ella lo miraron quizás de qué forma, que a lo único que atinó Random, fué a abrazarla y llorar en su hombro, cual niño perdido encuentra a su madre, cual hombre machacado y decepcionado por la vida y el amor, que cree encontrar por fin refugio.

Quizá fueron unos 4 ó 5 minutos, quién sabe, pero la mujer no hizo nada, sólo lo miró tiernamente y acarició su cabeza. Una vez concluído esto, Random alzó su cabeza, la miro fijamente a los ojos y le dijo:
-¿Cómo te llamas?

A lo que ella respondió:
-¿Realmente importa eso?

Y salieron de aquel lugar.

Caminaron dos, tres, cinco, todas las cuadras que se puedan imaginar, la cosa, es que Random, volvió a sonreír.




(Alex Drams)

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