Luego

Estelofeliana o quien quiera que sea dormía rendida bajo la luz de la luna, mientras las sábanas de las malas costumbres cubrían sus piernas de gacela acróbata y sus glúteaos de yengua domada por la locura de una noche exhaustiva y sudorosa. En cambio, el hombre Random permanecía sentado, inmóvil, pareciendo tener energías aun para analizar las partículas de aire a su alrededor.


Y así, no era tarde, pero tampoco era temprano, y volvería a dormir si no fuera porque Verofeliana o como sea que se llame aun aullaba en sus oídos.


El tiempo se detuvo bajo la luz azul y el hombre Random decidió acomodar su cabeza al lado de la pacífica durmiente cuando suena su celular.
Número desconocido.
Aceptó la llamada.

- Sí?
- Hola conchadetumadre, menos mal que estai vivo, JA!
- Pelao Guatón?
- Te tengo un trabajito...

... Luego de la conversa, el hombre Random miró a Estelofeliana o quien quiera que sea seguir muerta en las profundidades de su cabeza, mientras la luz azulina se tornaba anaranjada sobre su rostro. El Hombre Random sonrió de manera distinta. Sonrió de manera confiada.


(t3b4n)

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